jueves, 19 de abril de 2018

Conducta ejemplar

¡Hola!

¿Qué tal estáis? ¡Supongo y espero que bien!
Especialmente a los futuros resis que entre ayer y hoy están eligiendo plaza, ¡darles la enhorabuena! Ha sido un camino muy duro y sacrificado, pero no os podéis imaginar los dos años tan bonitos que os esperan, por mucho que os lo hayan dicho mil veces. ¡Disfrutadlos, que pasan volando!

En cuanto a los que no lo habéis logrado, recordad: al EIR puede presentarse uno cada año. Me puedo hacer una idea de lo frustrante que es dejarte el alma y renunciar a muchas cosas para al final no tener plaza. Pero si no es este año, ya lo será: el que viene, al otro o cuando vosotros decidáis retomarlo en caso de tomaros un descanso. Cuando lo hagáis, arrasaréis.
Sé que de primeras esto no os supone un consuelo y es muy difícil lo que os voy a decir, pero hay que relativizar. El EIR debe ser una parte de vuestra vida, pero no su totalidad. Así que mucho ánimo ¡y a por ello de nuevo!


Por mi parte, voy a presentaros la entrada de hoy, la cual trata sobre psicopatología infantil.
Bajo mi punto de vista la patología en cuestión es muy compleja y con límites muy difusos entre el propio problema en sí y actos relacionados con él, pero que a veces son de la naturaleza propia o temperamental del pequeño.

La patología en cuestión es el trastorno de conducta -siglas TC-. Y como soy consciente de que explicarla sin ejemplos puede ser aburridísimo e incluso podría costar entenderla, voy a hacerlo con un personaje de la tele. De una serie más concretamente. Sale en "South Park", lo cual nos restringe mucho el rango, ¿verdad?
¿Quién es el niño al que más le pega tener un trastorno de conducta?
¡Correcto! Eric Cartman.

He elegido esta imagen de buenecito a propósito, ¡jajaja!
Vamos a irnos al DSM-V como siempre, a ver lo que nos cuenta.

Hay varios criterios a tener en cuenta aquí, ¡empezamos!
El trastorno de conducta consiste en un comportamiento en el cual el niño pasa completa y olímpicamente de cosas tales como normas sociales, respeto a los demás y consideración de las normas básicas (pero siempre acorde a su edad, claro). Esto debe durar mínimo doce meses; en la serie, claramente, dura más.
Además hay una edad que pondría considerarse "límite", que son los 10 años. Antes de esa edad es otra cosa, no trastorno de conducta. Eso sí, si aparece después de los 18 años estamos hablando también de otro tipo de patología.
A partir de aquí, y siempre dentro del criterio A, hay 15 criterios repartidos en 4 categorías; y en cuanto a dichas categorías, son las siguientes en este mismo orden:
  1. Agresión a personas o animales. En este punto Cartman cumple varios: ha amenazado, ha usado la crueldad física, ha robado, usado armas... Incluso ha llegado a matar.
  2. Destrucción de la propiedad.
  3. Engaño o robo. Claramente Cartman esto lo ha hecho más de una vez, más de dos y más de tres.
  4. Incumplimiento grave de las normas. Esto también lo hace en cuanto puede.
Además el TC puede ser de emociones prosociales limitadas, debiendo aparecer mínimo dos de las siguientes: falta de remordimiento, falta de empatía o afecto superficial/deficiente, despreocupado por su rendimiento (1).

Si me pusiera a enumerar todo lo que ha hecho y dicho Cartman a lo largo de la serie y toda la gente a la que ha humillado, el post no acabaría nunca. Es, de los cuatro niños protagonistas, el peor con diferencia.

También me parece relevante comentar que existe lo que se conoce como trastorno negativista desafiante -siglas TND-. La esencia es la misma, salvo que el TND se da en niños más pequeños. Cartman, por ejemplo, ronda los 9-10 años; el TND aparece antes de esta edad.
Breve repaso con el DSM-V delante: el TND tiene también tres categorías -enfado/irritabilidad; discusiones/actitud desafiante; actitud vengativa- dentro de las cuales hay indicadores, igual que en el TC. Debe durar, asimismo, doce meses o más (1).

En lo que concierne a la etiología del TC y del TND, ocurre algo habitual en estos casos, y es que se entrelazan tanto factores biológicos como sociales y psicológicos. Por mencionar unos cuantos de cada grupo (2):
  • Factores biológicos: el propio carácter del niño, o la herencia genética juegan un papel importante.
    • En el caso de Cartman, podemos decir que es un niño muy egoísta, con un punto narcisista, y además gran parte de sus familiares tienen un carácter muy similar...
  • Factores psicológicos: apego inseguro, escasos o pobres mecanismos de defensa y resolución de problemas...
    • Eric Cartman suele responder a todo con mucha agresividad -sobre todo verbal-, e intenta imponer siempre su punto de vista. Obviamente, esto no es para nada sano ni asertivo, viéndose muy claramente que en lo tocante a habilidades sociales anda bastante escaso.
  • Factores sociales: familias o entornos desestructurados son una cosa muy común en estos casos.
    • Si hablamos de la familia de Eric, su madre Liane no es lo que se dice una madre modelo; y a priori tampoco se sabe quién es el padre, aunque luego sí se descubre. En fin, familia desestructurada total.
Es importantísimo tener en cuenta que si un niño sufre TND, tiene más posibilidades de desarrollar un TC en la adolescencia, y un trastorno antisocial en la adultez. También remarco que "tener más posibilidades" no quiere decir que vaya a tener un trastorno de conducta en la adolescencia o un trastorno antisocial en la madurez sí o sí, ¡ojo! Reitero que es sólo que tiene más papeletas que otros niños que no han tenido trastorno negativista desafiante en la infancia.

Si hablamos de la epidemiología del TC, es reseñable exponer que es más frecuente en varones y su prevalencia oscila entre el 1 y el 3'5%. Suele, asimismo, ser comórbido con el TDAH (2), y mucho ojito a los intentos de suicidio, que se estiman en un 24% aproximadamente (3).

Vamos ahora a la última parte del post: el tratamiento del trastorno de conducta. Huelga decir, por supuesto, que dicho tratamiento siempre es combinado: farmacológico y psicológico, no únicamente una cosa o la otra.
En relación a los fármacos, podemos comentar son útiles en este sentido el litio -sobre todo en el caso de la sintomatología explosiva-, y los ISRS son buenos dado que disminuyen la agresividad (4).
Y en lo tocante a la psicoterapia, se ha visto que la terapia familiar o la cognitivo-conductual (TCC), van muy bien. Pero no podemos obviar tampoco la terapia multisistémica (4).

Acabo el post con un vídeo en el que se puede apreciar claramente cómo es Eric Cartman, notándose por tanto estos rasgos de conducta disocial: insulta, se muestra retador y agresivo también físicamente, se enfrenta a la autoridad...



Aclaro, por si quedaba alguna duda, que Cartman es una versión muy exagerada del trastorno de conducta. Estos niños no matan, no hieren gravemente, pero sí que intentan engañar, se fugan de su casa y tienden más a la a agresividad.


Espero que os haya gustado el post, o al menos os haya entretenido al leerlo. Como siempre, podéis aportar más conocimientos o vuestra opinión en los comentarios.
¡Un saludo y gracias por leerme!

Nurse Lecter

Bibliografía consultada:
(1) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013.
(2) de la Peña Olvera F., Palacios Cruz L. Trastornos de la conducta disruptiva en la infancia y la adolescencia: diagnóstico y tratamiento. Salud Mental 2011;34:421-427. Disponible en:
(3) Bella M.E, Fernández R.A., Willington J.M. Intento de suicidio en niños y adolescentes: depresión y trastorno de conducta disocial como patologías más frecuentes. Arch. argent. pediatr. 2010  Abr; 108(2):124-129. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/pdf/aap/v108n2/v108n2a06.pdf
(4) de la Peña-Olvera F.R. Tratamiento multisistémico en adolescentes con trastorno disocial. Salud pública Méx, 2003;  45(1):124-131. Disponible en: http://scielo.unam.mx/pdf/spm/v45s1/15453.pdf

martes, 3 de abril de 2018

De nuevo... ¡trabajando!

¡Hoolaaaaaa!

¿Qué tal estáis?
Espero que esté yendo todo bien, ¡ojalá que sí!

En esta mini-actualización vengo a contaros que sí, ¡estoy trabajando en Salud Mental!
Me dieron hace unos cuantos meses un contrato en Drogodependencias y estoy muy contenta, la verdad. Pero también tengo que admitir que los comienzos me resultaron un poco duros, como siempre ocurre. ¿Por los pacientes? En absoluto. ¿Por los compañeros? Más de lo mismo: queja ninguna en ese sentido.
Era realmente por mí.

Hacía casi 4 años que no trabajaba en un Centro de Atención a Drogodependencias -fue mi primer rotatorio de la residencia y mi único contacto con adicciones a nivel comunitario hasta ahora-; y si bien los conceptos básicos los tengo aprendidos e interiorizados, desempolvarlos y actualizarme supuso al principio una fuente de nerviosismo. ¿Y si me equivocaba en algo? ¿Cómo se hacía el seguimiento de estos pacientes? ¿Y si me dejaba alguna pregunta importante en el tintero? Amén de muchas otras cosas, como el funcionamiento interno del centro.

En general la experiencia está resultando muy buena hasta ahora. Como todo, cada sitio tiene su forma de trabajar, pero no tengo queja alguna de momento. Además a tres de los enfermeros ya los conocía, lo que ha facilitado mucho las cosas.
En lo referente al resto de trabajadores hay psicólogos, psiquiatras, trabajador social, auxiliares de Enfermería y auxiliares administrativos.

Se trabaja en turno de mañanas y la dinámica del trabajo de Enfermería está muy bien, porque cada uno tiene unas tareas asignadas: mientras dos hacen acogidas y seguimientos a sus respectivos pacientes otro está para lo que surja: analíticas, pacientes que necesitan ser vistos porque vienen de urgencia, temas administrativos, dispensación de metadona o antagonistas opiáceos. Hay otro enfermero de refuerzo que se dedica a esto último a veces. Así que en general la carga laboral tampoco es tan grande como uno se pueda pensar.

Además de recordar conocimientos que hacía años que no tocaba, estoy aprendiendo muchísimo de estos pacientes; no me refiero sólo a la jerga que usan sino a cómo es realmente el proceso de adicción, la aplicación del modelo transteórico del cambio de Prochaska y DiClemente -porque sí, aquí también se aplica-, así como la vivencia de la abstinencia y en general el proceso de desintoxicación y deshabituación; la reinserción social también es importante, pero no estoy tan en contacto con ella como pueden estarlo los psicólogos. Y por supuesto, estoy cogiendo muchas tablas en lo que respecta a la valoración inicial del paciente que consume sustancias y su manejo posterior.
Este grupo concreto de pacientes tiene algunas particularidades si lo comparamos con las personas que tienen psiquiátrico "puro", por llamarlo de alguna forma (es decir, que sólo tiene trastornos psicóticos, afectivos o un trastorno mental común y no consumen habitualmente): muchos minimizan el consumo o lo ocultan, o vienen sólo porque han tenido problemas legales, como multas o retirada del carnet de conducir. No es raro encontrarte con pacientes que dicen que "mi pareja/mis padres es/son la/los que me han obligado a venir...", "yo no creo que tenga ningún problema...", "vengo sólo para ver si puedo quitarme de encima la multa...". Y durante su seguimiento hay avances y retrocesos, algo que es totalmente y normal en este proceso. Aquí es crucial el apoyo de su círculo más íntimo. Tanto es así que los profesionales siempre procuramos contar con la asistencia a las citas de alguien cercano al paciente: pareja, hijo(s), padre(s), hermano(s)... quien sea, pero que pueda estar siempre disponible para la persona y nos ayude a ratificar la información que ésta nos da.

Entiendo que el paciente adicto a sustancias puede asustar visto desde fuera, ya que todos tenemos la imagen típica. Pero esto no es así: vienen personas de ambos sexos y el rango de edades y perfiles sociales es bastante amplio, así como el tipo de sustancias -ludopatía aún no he visto ninguna, pero sé que de vez en cuando acuden-, y el patrón de consumo que hacen de las mismas. Por no hablar de su evolución, la cual me parece muy interesante y de la que aún me queda mucho por conocer.

Ya sólo me resta seguir aprendiendo y ampliando conocimientos, tarea que enfrento con mucha ilusión y entusiasmo.

¡Nos volvemos a leer pronto!


Nurse Lecter