domingo, 29 de mayo de 2016

Post cultural. Lectura y película

¡¡Hola hoooolaaaaa!!

Bueno, qué, ¿cómo va la vida en los comienzos de la residencia? ¡Aprended mucho y disfrutad más todavía, que mañana ya sí que sí vais al trabajo de campo!

Para relajar un poquillo y desconectar lo que se pueda de tantísimos nervios hago post cultural. Ya he hecho alguna vez la oferta 2x1, no os pillará de nuevas.
En su momento mencioné esta película en mi top 10 de "personajes psiquiátricos". Se cuenta entre mis preferidas y además le tengo mucho cariño, luego explicaré por qué. Problema: vi la peli antes de saber que estaba basada en un libro -sí, tengo cierta tendencia a hacerlo así...-. Pero de todas formas disfruté la lectura igual.
Voy a hablar hoy de "Psicosis".

El libro fue escrito por Robert Bloch en 1959.
Hay una serie, "Bates Motel", que se supone que funciona como precuela para la película (digo "se supone" porque claramente "Psicosis" está ambientada en los 60. Sin embargo, la serie está desarrollada en la época actual... en fin). Los actores me gustan y Freddie Highmore me parece ESPECTACULAR en su papel, pero dejé de verla por la trama; ¡no tiene ni pies ni cabeza en el punto en el que yo la dejé!
Del mismo modo puedo comentaros que esta misma tarde he visto "Hitchcock", la cual tenía pendiente... ¡y viene como anillo al dedo para este post! La película -en la cual el director es interpretado por un Anthony Hopkins que como siempre se sale de lo común-, aborda la concepción, el rodaje y el estreno de "Psicosis". La verdad, me ha flipado muchísimo, y también me he reído bastante. Totalmente recomendable si te gustan los biopics o si directamente te gusta Hitchcock.
Pero volvamos a "Psicosis"propiamente dicha. Os dejo la ficha técnica como de costumbre:


Título: "Psicosis"

Título original: "Psycho"

Dirección: Alfred Hitchcock
País: EEUU
Año: 1960
Duración: 109 minutos.
Género: Drama, terror, thriller.

Reparto: Anthony Perkins, Janet Leigh, John Gavin, Vera Miles, John McIntire, Martin Balsam, Simon Oakland, Patricia Hitchcock.

Guión: Joseph Stefano
Música: Bernard Herrmann
Productora: Paramount Pictures 




Lo siento, pero me niego a poner tráilers. He intentado buscar alguno que no spoileara, ¡pero es imposible! Cuando algún personaje no revienta nada, lo hace una escena clave.

Por todos nosotros es conocida la historia: mujer que se lleva un dinero que no le pertenece y en su periplo para evadir a la justicia acaba en un motel de carretera regentado por un señor de mediana edad, soltero y que vive con su madre (esto último hoy día tampoco es tan extraño...). Problema principal: esa mujer es asesinada, y claro, su entorno la echa en falta y comienza a indagar.
Empezamos así a ponernos de los nervios por lo de siempre: nosotros ya sabemos quién ha sido... pero la gente que la va buscando no. ¡Ay, qué difícil evitaros puntos clave! Y por supuesto no pueden faltar los sustos y las bocas abiertas en plena investigación, tipo "¡¡no me jod...fastidies!!".

En general el libro y la película no difieren mucho -salvo un par de pasajes del primero-, cosa rara. Pero hay una diferencia sin embargo sustancial e importantísima: el propio Norman Bates.


Todos tenemos en mente cómo es el Norman peliculero: alto, delgado, moreno, tímido, consumidor de golosinas, silencioso y con tendencia a taparse la boca con la mano frecuentemente si algo lo asusta, angustia o sorprende. Parece muy vulnerable, muy poquita cosa. El del libro es todo lo contrario: bajito, regordete, rubio y con gafas. Además y para mi gusto, éste último es más oscuro. Es el típico solterón friki -sí, en los sesenta también existía el frikismo aunque a otro nivel, jajajaja-, que vive con su madre y que no ha tenido novia nunca.
Así que ya veis, son un poco la noche y el día.

Además en ambas versiones depende muchísimo de su madre y viceversa, hasta tal punto que una de las oraciones estrella de Norman Bates tanto en el libro como en el film es ésa en la que dice que "el mejor amigo para un muchacho es su madre". Pese a todo, este hombre a veces quiere desligarse un poco y salir de esa relación un tanto tóxica. Pero la señora Bates es de armas tomar y no es fácil para su hijo el rebelarse pese a que es ya mayor; se siente ambivalente... es un niño grande, no ha crecido aún. Su autoestima está un poco baja, impresiona de inseguridad, disimula que está mal de ánimo... Y su relación con las mujeres va al compás de la de ella. Ha tenido pocos contactos con chicas y en la peli no se comenta si ha tenido relaciones o rollos alguna vez. Algo se puede constatar en el libro; pero hasta aquí puedo informar.
La forma de ser de Norman y esa dependencia suya para con la señora Bates también tiene explicación; pero no la puedo contar porque os reventaría el libro y/o la peli.

Una de las cosas que me descuadró -y descuadra aún hoy- es el título de la película, aunque me han explicado ya por qué se llama así. De todas maneras yo sigo sin verlo claro...

Opinión personal
Libro: Es ameno de leer y la verdad es que engancha. Se parece mucho a la película, por lo que si la habéis visto antes no hay grandes cambios. A decir verdad, los personajes aquí me dan un poco más de "yuyu" porque el entorno en el que se mueven es más cotidiano. En la película hay cosas muy inquietantes, como que la casa está muy abigarrada de objetos antiguos, el motel es más sobrio y decadente, y además está filmada en blanco y negro. Pero en el libro todo es más normal, más común. Por ejemplo, me llamó mucho la atención que el autor describiera la cocina tan meticulosamente; a mí esta estancia me pareció muy cuqui, muy "es imposible que aquí vaya a pasar algo malo". Pero ya veis que las apariencias engañan.
En cuanto al ritmo de la historia y si bien yo me lo leí muy rápido, es el adecuado. Te permite parar sin que tengas que "luchar" contra el libro ("¡ay, sólo una página más, yo no puedo quedarme así!"). Está todo muy bien recreado y los hechos van alternando en intensidad; así puede cogerse aire, descansar y prepararse para el siguiente golpe de efecto.
Película: Qué os puedo decir yo... madre mía. No puedo ponerme objetiva. Crea un clima muy opresivo, muy agobiante. Y te llegas a poner incluso un poco nervioso cuando oyes a Norman discutir con su madre, intentando oponerse a ella. Te sientes impotente a veces, ¿podrá terminar de llevarle la contraria esta vez? ¿O la señora Bates volverá a ganar?
A mí personalmente Norman me da mucha pena. De verdad. Parece tan vulnerable... le falta espabilar, porque nunca ha salido al mundo real. No tiene armas para enfrentarse a él. Su universo se reduce a su casa y a su motel, uno al lado del otro. Y la verdad que éste último no tiene muchos clientes. Igual que su madre me crea una contratransferencia negativa muy grande -se pasa la vida refunfuñando, dándole órdenes, infravalorando a su hijo e imponiéndole sus decisiones-, con él me ocurre justo al contrario.
Si bien los primeros tres cuartos de hora pueden hacerse un poco lentos (que no pesados), a partir de ese momento el ritmo ya es imparable. Si querías ir al baño o beber agua ya no puedes: ¡ahí te quedas, apalancado!

Una vez acabada la opinión personal seguimos con las curiosidades.
Os comento que Norman Bates no ha salido 100% de la imaginación de Bloch. El escritor se inspiró en Ed Gein, un asesino en serie muy famoso en Estados Unidos. Conocía de antes la historia de Ed -todo lo que sea tétrico, macabro o poco usual me encanta, ya lo sabéis-, pero no supe hasta después que había sido la inspiración principal para crear a Norman.

Por mi parte, os he dicho antes que le tengo cariño a la película, y que os iba a explicar por qué. Resulta que con el tiempo "Psicosis" fue un factor predisponente para que yo eligiera Salud Mental. Hay más, claro, y muy importantes; no os vayáis a pensar que fue una decisión tomada a la ligera, producto del frikismo más absurdo, o que fue lo único en lo que me basé para elegir la especialidad.
Os cuento:
Vi la película siendo muy joven -tanto, que ni siquiera me había planteado aún estudiar Enfermería- y me impactó muchísimo su desenlace. Ahí quedó la cosa, sin embargo; una película de Hitchcock más. Pero años después, en la carrera, por fin la comprendí en todo su sentido. Y cuando terminó la clase de Salud Mental en la que la profesora me iluminó sin pretenderlo, me di cuenta de que eso era algo que podría gustarme, que podría merecer la pena trabajar allí.
A partir de "Psicosis" vinieron mil y una películas más, relacionadas con la salud mental. Pero ésta fue la que dio comienzo al camino.
Así que una pequeña parte de la "culpa" de que yo haya decidido dedicarme a esto es de Norman y de su señora madre. Las reclamaciones hacédselas a ellos :P

Hitch puede permitirse quitarle el sitio a la señora Bates.


Por mi parte nada más.
Espero que os haya gustado mucho este post cultural. Para mí ha sido una gozada hablar de esta joya porque además de traerme muy buenos recuerdos me reafirma que Salud Mental es mi sitio, donde adoro trabajar y donde soy realmente feliz.

Nos leemos muy pronto de nuevo. ¡Besotes!

Nurse Lecter

domingo, 22 de mayo de 2016

¿Y ahora qué?

¡Hola! ¡Feliz domingo!

Como bien sabéis, este viernes 20 de mayo acabé la residencia de Salud Mental. ¡Ya puedo decir que soy especialista en la materia!
La verdad es que al empezar en mayo del 2014 creí que el tiempo iba a pasar más despacio. Pero no, ha sido un segundo. Para cuando he querido darme cuenta me he visto ya acabada y con la mochila llena de experiencias de todo tipo: buenas (muchísimas), regulares (pocas), y malas (pueden contarse con los dedos de una mano).

En este sentido puedo deciros que me da una pena tremenda... tened en cuenta que son dos años trabajando en un ambiente espectacular, con gente muy válida, muy inteligente, muy motivada con su trabajo y de la que he aprendido todo lo que sé. Podría decirse que en el plano laboral me han salido los dientes con el equipo de Salud Mental del Área de Salud donde he hecho la residencia: aparte de ser mi primer trabajo me han criado y ahora hay una nueva especialista hecha y derecha de la que espero se sientan orgullosos. Con hacerlo la mitad de bien que ellos me conformaría. Además se lo debo.
Al margen de la pena también estoy muy ilusionada, muy nerviosa... y algo asustada. Ahora mismo es como si tuviera un pie en el vacío, como si fuera a caer al abismo. ¿Por qué? Porque es un cambio importante. No es lo mismo pasar consulta sola pero con la seguridad de que tu enfermero colaborador te echará una mano, que tener tú toda la responsabilidad de lo que hagas. Ahora tú decides y actúas, y salga bien o mal, es cosa tuya. Claro que se te puede echar una mano, pero al fin y al cabo la última palabra la tienes tú como especialista.
Aquí que me remito a uno de mis profesores de Historia: "Uno no se acuesta el 12 de octubre de 1492 aún en la Edad Media y se levanta al día siguiente en la Edad Moderna; es un cambio gradual." Otro ejemplo es el carnet de conducir: apruebas el examen y eres apto; pero uno no sabe realmente conducir hasta que va solo en el coche sin demasiados problemas.
Con la residencia ocurre exactamente lo mismo. A efectos reales el 20 de mayo me levanté como residente y a partir de las tres de la tarde ya era especialista. Pero de aquí a que yo me considere especialista de verdad me queda un largo trecho... tengo que superar la inseguridad aparejada.

También quiero agradeceros toda la retroalimentación que me habéis dado durante estos años en las redes sociales: comentarios en este blog y número de visitas, conversaciones y mensajes privados por Twitter, interacciones/menciones, mails... He dicho una y mil veces que sin vosotros y sin la paciencia, el interés y el cariño que habéis tenido conmigo, Nurse Lecter no existiría.
Además he seguido los pasos de muchos de vosotros y he visto cómo os presentabais al EIR, MIR, PIR y demás y o bien sacabais plaza o lo intentabais de nuevo porque nunca se deja de luchar. En ese sentido me habéis dado muchas alegrías, aunque no os lo creáis.

Así que de nuevo GRACIAS A TODOS. ¡Sois estupendos!


Es que ni siquiera os merecéis una ovación... ¡os merecéis dos! ¡Vamos con la otra!




Y ahora, querría contaros un poco las expectativas generales que tengo.
Cuando se termina la especialidad normalmente estás unas semanas sin que te llamen -aprovecharé para ver lo del paro, solucionar papeleos y darme un homenaje con mis co-R: comidas, salidas nocturnas, cafés...-. Pero en Salud Mental tienes trabajo en verano seguro. El año pasado, por ejemplo, se acabaron los especialistas (recién terminados inclusive) y hubo que tirar de la bolsa de trabajo de generalista. ¡Por lo menos en Salud Mental se trabaja mucho!
Así que espero trabajar este verano "de lo mío", a ser posible en Salud Mental Comunitaria; ya sabéis, CSM, Rehabilitación, Drogas, ETAC... ¡hay mil cosas! La adoro, me encantaría estar por ahí dando vueltas. Cruzaré los dedos para que sea posible.
Deciros también que tengo mucha ilusión por coincidir con otros resis o estudiantes de Enfermería y enseñarles todo lo que pueda. Por todos vosotros es sabido que me encanta enseñar, así que sería la guinda perfecta a mi ámbito laboral. ¡Ojalá pueda!
Por el momento soplan buenos vientos para verano. El problema viene cuando se acerca el invierno -los Stark en Salud Mental lo tienen fastidiado-. Estaré más parada y veré menos movimiento que un gato de escayola, lo más seguro. Así que supongo que aprovecharé para estudiar lo que sea: máster, OPE, doctorado... ni idea. Algo haré porque soy un culo inquieto, pero aún no lo tengo nada claro.

En lo que respecta a mi alter ego, la propia Nurse Lecter, tengo que deciros que mi intención es seguir dando caña en las redes sociales. Ni voy a cerrar el Twitter, ni voy a cerrar el blog, ni cancelaré la cuenta de correo electrónico. La maquinaria seguirá en marcha mientras tenga algo que contaros ¡y mirad si hay cosas! Mi nueva etapa, nuevas patologías, nuevos posts culturales, patológicos y tronistas...
Además por las redes sociales he conocido gente estupenda con la que hablo frecuentemente vía Twitter y no me gustaría perder el contacto.
Por eso pretendo seguir dándoos la lata todo lo que me permitáis, ¡jajajajaja!

Esto a grandes rasgos es todo por el momento.
Tendréis noticias mías en breve, ¡que no cunda el pánico, y preparad un tanque de tila porque tendréis que armaros de paciencia!

¡Besazos grandes y de nuevo GRACIAS!

Nurse Lecter

sábado, 14 de mayo de 2016

Séptima (y última) rotación: UTCA

¡Hola a todos!

Esta entrada es la última que escribo en lo que respecta a rotaciones de la residencia, porque es la que pone el punto y final a la misma.
Para mí resulta algo duro redactarla. Es como tomar conciencia de que sí, de que ya está. De que estos dos años han pasado en un suspiro y además han supuesto una de las mejores etapas de mi vida. He sido muy feliz durante la especialidad. Mucho.
Pero enseguidita viene otra época que será igual de emocionante o incluso más.


En fin, voy a dejarme de sentimentalismos, que no me gustan. Vamos al meollo del asunto.
Actualmente estoy rotando por la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (UTCA). Siendo sincera, me la habían pintado fatal: "es muy aburrida", "Enfermería ahí no hace nada", "qué lata". Y la lindeza más grande: "todas ésas son unas histéricas".
Qué queréis que os diga, me indigné. Lo primero de todo, porque parece que la gente se olvida de que esas personas están enfermas. No han dejado de comer "por la tontería de querer estar delgadas". Hay mucho más en juego, como por ejemplo la autoestima baja, o cosas más serias. Y lo segundo, porque no son maneras de hablar así de nadie -aunque no es mentira que hay un componente de personalidad importante. Pero no es lo mismo eso que "unas histéricas"-. Me da igual que el que lo haya dicho sea profesor, médico, picapedrero, enfermero, mecánico o el Presidente Supremo del Mundo.

Y tras esto, aclaro que estoy encantada de estar rotando aquí. Me parece una pasada, y puntualizo que Enfermería sí hace cosas. Pero claro, es como todo: hace más el que quiere que el que puede. Si tienes ganas puedes trabajar muchas cosas con estos pacientes. Porque pese a la desnutrición con la que a veces ingresan, cognitivamente están mejor que los pacientes de Agudos.

Muy bien. Ahora viene la pregunta crucial: ¿qué se hace en una jornada normal de UTCA?
La mañana comienza con el aseo, y la toma de constantes y peso. Esto último se hace a diario, y los pacientes no saben lo que pesan. Luego, en la terapia semanal específica del peso, es cuando se les informa y se trabaja sobre cómo se sienten en ese aspecto.
Puedes asistir a psicoterapia, y cómo no, pasar tiempo con ellos. Además de preparar y administrar medicación, y revisar y supervisar todas las ingestas y descansos tras las mismas.
Esto es importante. Con la comida se es muy estricto. Tienen un tiempo determinado para comérselo todo y para reposar la comida. Y como no lo cumplan a rajatabla, no se lo coman bien (es decir: trozos adecuados, no comer con las manos, seguir un orden con los platos, sin protestar o poner mala cara, etc), o vomiten/hagan ejercicio, se les da ese combinado de "ingesta+descanso" como no válido.
¿Y qué significa que esa toma no sea válida? Que pierden privilegios.

En UTCA se trabaja con refuerzos. Eso se traduce en lo siguiente: "si tú haces bien las comidas y los descansos se te permiten ciertas cosas". Actos y acciones que para nosotros son habituales -hablar por teléfono, oír música, arreglarse el pelo o las uñas, recibir visitas...-, ellos tienen que ganárselos. Y sobre todo al principio les cuesta. Algún caso ha habido que en su segundo o tercer día tras el ingreso se ha puesto a llorar como una magdalena porque le daba un ataque de ansiedad al ver la bandeja llena. También es verdad que los primeros días se es un poco más permisivo, y se asume que no se van a poder acabar la comida o hacer adecuadamente el reposo.
Conforme van pasando los días la cosa mejora. Se lo comen todo por regla general dentro del tiempo estipulado sin problemas. Y los descansos también los cumplen.
Los baños están cerrados todo el día, y sólo se abren para las duchas y justo antes y después de las comidas.
En la normativa del servicio se contempla que ciertos temas son tabú: en UTCA no puede hablarse del peso, de la moda, de la comida, de las modelos... en fin, de todo lo relacionado con estas patologías. De igual forma no podemos permitir que los pacientes intercambien "trucos" para no comer y derivados. Sobre todo porque hay de todas las edades, y no queremos que "los pequeños" aprendan de "los mayores". ¡Hay que tener mil ojos y mil oídos!
Ahora ya no tanto, pero yo iba con pies de plomo los primeros días. No sabía muy bien de qué podía hablar y de qué no.

Conforme van avanzando en el ingreso y haciendo las cosas bien, los privilegios van aumentando y llega una de las cosas que más ambivalentes les hace sentir: los permisos. Que pueden ir muy bien... o pueden ser catastróficos. Luego vemos por qué.
Se empieza pudiendo salir una hora por los alrededores del hospital, vestidos con ropa de calle. Luego pueden irse más tiempo, o pasar casi toda la tarde fuera (merienda incluida). Después se marchan de permiso fin de semana. Y al final llega un momento en que los permisos son bastante largos y pasan más tiempo fuera que dentro del servicio. Es entonces cuando se plantea el alta si todo va como debe durante dicho permiso.
Esto a priori a los pacientes les encanta, les da la vida. Pero también supone una prueba de fuego. ¿Por qué? Porque ése es el mundo real, el mundo al que se van a enfrentar tras el alta. UTCA es una "burbuja", por decirlo así, donde están protegidas de la gente de fuera. Sí, esa gente que les dice: "¡Ay, pero qué bien estás!", "¡Mírate, que carita tan redonda y qué curvitas tan graciosas!" "¡Esos kilitos que has cogido son justo los que necesitabas!". Muchas veces lo hacen con buena intención, pero se equivocan. Aunque ése es otro tema.
Es por eso por lo que ellos se sienten así y es posible que vuelvan al servicio bastante nerviosos.

En general con lo que son los pacientes no suele haber problemas, salvo casos extremos. "De libro", que se les llama.
Ahora mismo estoy muy a gusto. Y pese a tener un caso grave, nos lo tomamos con filosofía. El resto genial, son pacientes muy cumplidores y adecuados de manera general. Por otra parte, yo también paso mucho tiempo con ellos, les propongo actividades para hacer, temas de los que hablar... Tened en cuenta que son ingresos largos, los permisos no se les dan pronto y las horas allí se arrastran.
Les pregunté a las enfermeras si también ingresan pacientes con bulimia, y la respuesta es afirmativa. Si bien la anorexia y la bulimia son los TCA más conocidos, hay muchos más. Y puede ser que requieran ingreso, ¿por qué no?

Para finalizar, querría recordar a todo el que lea este post que por favor, no se frivolice con el peso. Que la anorexia y la bulimia no son tonterías. Aunque ahora, con lo de los tallajes y la ropa se crea que estar delgada hasta ese extremo es lo que se lleva.
Se pasa mal porque es de esas enfermedades que te destruye sin que te des cuenta. Vas perdiéndolo todo poco a poco, y el riesgo de volver a caer es muy grande. No sé si os sonará el caso de Isabelle Caro, pero en su momento levantó ampollas y es algo a tener en cuenta.

En fin... creo que ya he acabado, que no me dejo nada importante.
Os recomiendo que, si podéis, rotéis por una Unidad como ésta. Os enseñará mucho, no sólo sobre TCA, sino también sobre los propios pacientes que los sufren. Es donde más se les escucha, donde más se les puede ayudar.

¡Muchos besos!

Nurse Lecter

domingo, 1 de mayo de 2016

Patología del mes. Combinación.

Hola de nuevo a todos.

Hace unos días caí en la cuenta de que la patología que os presento hoy no es del todo conocida y a veces lleva a error. Por eso quiero que, al menos, conozcáis el nombre y sus rasgos generales. A mucha gente que no está familiarizada con la salud mental le suena a chino. ¡Así que eso lo vamos a apañar en un vuelo!
Se trata del trastorno esquizoafectivo o TEA.

No creáis que he localizado mucha bibliografía -y eso que he intentado redefinir los términos de búsqueda mil veces...-. Lo justo para poder explicar con fundamento en qué consiste.


1) ¿Qué es exactamente?
Bien... el TEA pertenece al espectro de los trastornos psicóticos (catalogados en el DSM-V del F20 al F29). A priori puede sonar un poco raro, porque en él aparecen juntos el criterio A para la esquizofrenia -sintomatología positiva y/o negativa típica de esta enfermedad- y un episodio maníaco o depresivo mayor. (1)
Por ello os puede ser más fácil recordar en qué consiste si recordáis que:
 - Esquizo(frenia).
 - Afectivo(alteración anímica importante).
Hay más criterios, como por ejemplo síntomatología positiva en ausencia de alteraciones afectivas; o que los síntomas afectivos sean imperantes la mayor parte del curso de la enfermedad, sin importar que sea una etapa descompensada o residual(1).
Además es crucial diferenciar si el TEA en cuestión es de tipo bipolar -episodio maníaco y episodios depresivos- o es de tipo depresivo solamente. Éste último es el más común (2).

Para mi gusto, esta patología es bastante compleja en su definición, y creo que también muy difícil de diagnosticar. De hecho aún no se tiene muy claro a veces si es una entidad patológica como tal, o un tipo de trastorno psicótico con características especiales puntuales (3). Por ello se recomienda que el diagnóstico sea longitudinal.
Todos sabemos que algunos de los síntomas negativos de la esquizofrenia son, por ejemplo abulia, apatía, afectividad escasa, funcionamiento disminuido en general... ¿cómo se diferencia esto de los síntomas depresivos? A veces eso te hace dudar, sobre todo si tienes poca experiencia.


2) ¿Cuáles son las causas?
Como es habitual, la genética tiene un gran peso en esta enfermedad, igual que los neurotransmisores (2). No he encontrado nada relativo a otros factores externos como consumo de tóxicos o problemas de infancia relacionados con el entorno inmediato.


3) ¿Y la epidemiología del TEA?
Es más frecuente en mujeres; y en lo que respecta a la edad de aparición, suele ser rondando la veintena (2). De igual forma su esperanza de vida es menor, en parte porque aumenta también el riesgo de patología orgánica (4). Por no hablar de las recaídas, cuyo porcentaje suele ser alto (5).
Es reseñable asimismo el consumo de sustancias en lo que respecta a la comorbilidad (2).


4) ¿Qué hacer en estos casos?
Es esencial recordar que si bien presenta síntomas pertenecientes a entidades distintas -psicótica vs afectiva-, no podemos dejar de lado una y centrarnos más en la otra. Por ejemplo, en el caso del TEA depresivo mucho ojito al riesgo suicida. Y en los episodios maníacos o psicóticos, lo mismo: vigilar conductas de riesgo (sexual, auto/heteroagresivo, de índole económica...).
Se ha de trabajar muy bien la adherencia al tratamiento en estos pacientes, sobre todo en la etapa maníaca. No es raro que cuando ingresan tras una descompensación te digan que "me he dejado las pastillas porque yo estoy bien".
Como curiosidad, decir que los pacientes con TEA están un poquito mejor que los que padecen esquizofrenia, por ejemplo: tienen un mejor contacto, y si bien la sintomatología psicótica aquí puede resaltar más, tienen un mejor funcionamiento y evolución (5).


5) ¿Qué tratamiento puede usarse?
Se ha visto que los antipsicóticos de nueva generación (olanzapina, risperidona, quetiapina...), van bien. Lo que causan en estos pacientes es una estabilización anímica, haya o no síntomas psicóticos (6). Puede ser además tanto como monoterapia como en combinación con otros fármacos.
Al margen, claro está de psicoterapia si se precisa, y seguimiento estrecho por parte de los profesionales de Salud Mental.


Espero con esto haber dado a conocer el trastorno esquizoafectivo. Toda aportación será bienvenida.
Muchas gracias por leerme, ¡os espero en el próximo post! ¡Besitos!

Nurse Lecter

Bibliografía consultada:
(1) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013
(2) Benabarre Hernández A.: "Trastornos esquizoafectivos. Abordaje multidisciplinar". 2ª edición. Madrid: Editorial médica Panamericana, 2015.
(3) Rodríguez Losada J., Sánchez Pedraza R.: La sintomatología afectgiva en el trastorno esquizoafectivo. Evaluación con un instrumento de auto-reporte: Implicaciones para el diagnóstico. Rev. de Neuro-Psiquiat. 2004; 67(1-2):52-63. Disponible en:
http://www.scielo.org.pe/pdf/rnp/v67n1-2/a05v67n1-2.pdf 
(4) Muñoz-Calero Franco P., Sánchez Sánchez B., Rodríguez Criado N., Pinilla Santos B., Bravo Herrero S., Cruz Fourcade J.F., Martón Aragón R.: Síndrome metabólico y riesgo cardiovascular en pacientes con diagnóstico de esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo y trastorno bipolar. Nutr Hosp. 2015;32(6):2715-2717. Disponible en:
http://www.aulamedica.es/gdcr/index.php/nh/article/view/9951/pdf_8664
(5) Sapag S. F, Holmgren G. D, Soto-Aguilar B. F, Lermanda S. V, Trastorno esquizoafectivo. ¿Cuánto de esquizofrenia? ¿Cuánto de bipolar?. Revista Chilena de Neuropsiquiatría 2013 51(1): 46-60. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=331527733007
(6) Benabarre A., Castro P., Sánchez-Moreno J., Martínez-Arán A., Salamero M., Murru A., Franco C., Vieta E.: Eficacia y seguridad de risperidona inyectable de larga duración en fase de mantenimiento del trastorno bipolar y esquizoafectivo. Actas Esp Psiquiatr 2008;37(3):143-147.
Disponible en: http://www.actaspsiquiatria.es/repositorio/10/57/ESP/13530+4-1265.pdf