jueves, 10 de noviembre de 2016

Lectura del mes

¡Muy buenas noches a todos!

¿Todo bien? ¡Seguro! Sé que el EIR/MIR/PIR/QIR/FIR/BIR y derivados a estas alturas empieza a pesar, pero creedme que se puede. Y en cuanto a las OPEs... pues eso, como de muchas de ellas no tenemos fechas aquí estamos, en la incertidumbre. A ver si se resuelve pronto el misterio.

Pero no voy a hablar de eso ahora. Mi intención es que desconectéis del estudio una chispa, así que vengo con el habitual post literario. Al ser noviembre creo que viene genial, y además es tradición propia (re)leer a este autor -y a un par más-, todos los años por estas fechas.

Alguna vez que otra he comentado lo mucho que me gusta Edgar Allan Poe... pero también que mi segundo autor preferido es Howard Phillips Lovecraft, abreviado como H.P. Lovecraft. No dudo de que todos o casi todos lo conocéis aunque sea de oídas, o quizás a algún amigo o familiar le guste este escritor.
Bien, pues ahora os desmonto la preparación mental y os digo que la lectura del mes no es lovecraftiana. En cambio los bichos que aparecen en ella fueron creados para sus famosísimos, espectaculares y altamente recomendables "Mitos del Cthulhu". Si no os suenan de nada, quizás esta canción de Metallica sí.
Para los que sí conozcan a este genial autor, pedirles que no cunda el pánico. ¡Sé que Lovecraft tiene muchas cosas por las que merece ser posteado! Prometo hacer otra entrada específicamente suya... ¡escrito queda!


El relato que nos ocupa fue escrito por Frank Belknap Long, un señor perteneciente al conocido como "Círculo de Lovecraft". Este círculo estaba formado por el propio Lovecraft y varios escritores más, como August Derleth, Robert E. Howard, Clark Ashton Smith o Robert Bloch -ya abordado en este blog-, entre otros. Cada uno de estos señores nutrió los "Mitos..." con criaturas horribles, monstruos y dioses antiguos o que viven en otras dimensiones, libros malditos, personajes siniestros, lenguajes extraños... En fin, estos mitos son lo que son no sólo por Lovecraft, sino también por todas estas aportaciones a cargo de varios escritores.

Frank Belknap Long y H.P. Lovecraft.

No os dejéis engañar por la pinta de bibliotecario bonachón que tiene Long en la foto, porque el relato que voy a tratar da bastante repelús y mucho susto. A mí me dio pavor cuando lo leí -aunque también es verdad que fue con 10 u 11 años... era chiquitita e impresionable, ¡jajajajaja!-, y quizás por eso me impactó muchísimo. Estuve lo menos un mes bastante recelosa...

La historia en cuestión se titula "Los perros de Tíndalos", y vio la luz en 1931. Lovecraft además menciona a estos monstruos en su relato "El que susurra en la oscuridad".
El título parece así de primeras un poco inofensivo, ¿no? Se han escrito muchos relatos de perros; unos sobre canes buenos, y otros no tanto. Pero éste... ¡ah, éste! Podéis leerlo aquí
De todas formas voy a haceros un mini-resumen y luego me meto en faena con estos adorables animalillos.
En "Los perros de Tíndalos" aparecen el narrador, llamado (¡casualmente!) Frank y el protagonista, Chalmers. Éste último está empeñado en viajar retrospectivamente en el tiempo. ¿Y cómo lo va a hacer? Con una droga nueva, que él llama "droga Liao".
Total, que Chalmers se empecina, consume la droga y viaja. ¡Vaya que si viaja! Llega hasta tal punto que va más allá del origen de la Tierra. Durante ese paseíto logra avanzar por la cuarta dimensión como nunca antes ha hecho nadie... y nuestros perros de Tíndalos lo huelen.
Hasta aquí voy a resumir. Si os habéis quedado con ganas de más ya sabéis: dadle al link.

Ahora, vamos a los chuchos. Se llaman así por su capacidad olfativa (ya hemos visto que detectan a gente que vivió en el siglo pasado pero ellos están ahí desde el origen de los tiempos, como quien dice), aunque realmente no son perros. De hecho no se sabe muy bien cómo son. Lo que sí es de dominio público gracias a Chalmers es que viven en ángulos del tiempo al contrario que nosotros -que supuestamente vivimos en curvas del tiempo-, y que cuando te huelen estás perdido. Como encuentren algún ángulo agudo, alguna esquina, algún resquicio físico por donde poder acceder a esta dimensión... nos podemos ir despidiendo.

En Internet hay dibujos para aburrir. ¡Éste da mucho miedo!

Acto seguido centrémonos en lo importante del post. ¿Qué tienen que ver los perros de Tíndalos con la salud mental?
Pues ellos no son exactamente el nexo de unión. Lo es la droga que toma Chalmers, la cual se asemeja mucho a los alucinógenos.
Vamos a ver, muy brevemente, algunas características de este grupo de sustancias.

1) ¿Qué es exactamente un alucinógeno?
Se trata de una sustancia que a determinadas dosis es capaz de alterar la percepción de la realidad, haciendo que el que las toma sienta, huela, vea, oiga... cosas que o bien no están, o no son del todo correctas. También se las llama "drogas recreativas".(1)
Hay varias drogas alucinógenas actualmente (por citar unas pocas: LSD, MDMA, mescalina, derivados de hongos varios...), pero ya desde antiguo se usaban plantas alucinógenas con fines curativos. Sin embargo también se utilizaron en ritos chamánicos o aquelarres (2).


2) ¿Cuáles son sus efectos?
Los alucinógenos actúan como estimulantes a todos los niveles -mental, motor, social ya que ayudan a la desinhibición, etc.-... lo que permite a la gente que los toma no parar quietos durante horas enteras. A ello se le añaden sensaciones como de estar flotando, pseudoalucinaciones y fenómenos de sinestesia incluso (3). Sin embargo traen muchas complicaciones aparejadas: problemas cardíacos, deshidratación, agitación, comportamientos violentos... (4). El consumo prolongado también puede desencadenar cuadros psicóticos (3). No son moco de pavo, como veis.
Aquí viene el momento de hablar de los "viajes" o "trips" si preferís el anglicismo. Eso es lo que ha hecho Chalmers. Ha viajado, pero no se ha movido de su casa. Ha visto cosas, ha experimentado con ellas, ha satisfecho su curiosidad... y encima ha tenido un mal viaje. No todo el mundo reacciona igual. Lo mismo si una persona consume experimenta un viaje atraumático y punto... o tiene alucinaciones horribles.

En este instante es cuando yo hablo un poquito más de ese "mal viaje", que precisamente consiste en eso: en experiencias muy desagradables, inquietantes y pavorosas, con visiones que le pondrían a uno los pelos de punta. Según he encontrado, este "mal viaje" no depende de la dosis, sino del estado previo de la persona que consume, y suelen culminar con ataques de ansiedad o episodios psicóticos (5). ¿Cuál de las dos cosas sufre Chalmers? Si lo leéis, lo sabréis :P
También son habituales los flashbacks, que cursan con mucha ansiedad asociada pese a que el individuo sabe que no son reales (5).


3) ¿Cómo se trata la ingesta de alucinógenos?
En general los alucinógenos no tienen antídoto. El tratamiento es más bien sintomático, precisando ingreso, aunque un pilar esencial son las benzodiacepinas. Y en caso de que el consumo se perpetúe, sería ideal dar un antipsicótico (3).
No nos podemos olvidar tampoco de mantener un ambiente tranquilo y con bajos estímulos, así como tranquilizar al paciente (algo realmente difícil... sobre todo si es un "mal viaje"). Por supuesto, no menos importante es incidir en la prevención primaria mediante educación y protección de la salud.



Una vez hemos acabado la parte didáctica, quiero comentaros como siempre mi opinión personal de "Los perros de Tíndalos". Corta pero intensa.
En cuanto al ritmo de la narración, es adecuado si se tiene autocontrol en ese sentido. No como yo, que me lo leí de golpe. Quizás el lenguaje sea a veces algo florido, pero tened en cuenta la época en la que se escribió. Creo que lo que es el consumo de sustancias queda muy bien descrito, y el mero hecho de dejar volar tu imaginación en cuanto a las sensaciones explicadas -olor, ruidos, ambiente y los propios perros-, da material para estar asustado un ratillo. Por otro lado el relato se puede dividir perfectamente en dos partes; aunque la última de ella al principio parece un poco lenta, la escena crucial es... en fin. Tiene lugar frente a una puerta cerrada, y sólo sabes lo que pasa dentro por lo que cuenta Frank Belknap Long desde fuera. ¡No hablo más para no reventar nada!

Desde luego, si os gusta el género pero no habíais leído nada de "El círculo de Lovecraft", el señor Long puede suponer un buen comienzo. Fue un autor muy prolífico (150 relatos y 25 novelas lo contemplan... aparte de poesía, artículos y cómics. ¿Cómo se os queda el cuerpo?), así que si "Los perros de Tíndalos" no os acaba de convencer o se os queda corto podéis leer otras cosas escritas por él, ¡hay donde elegir!


Espero que si le dais una oportunidad os guste. Si no, no pasa nada; lo importante es que hayáis pasado un buen rato leyendo el post.
Y ya sabéis: cuidadito con los ángulos, que estamos rodeados. Por cualquier esquina de vuestra casa pueden acceder estos achuchables animalitos.

¡Hasta otra entrada! ¡Un placer, como siempre!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) Penado Abilleira M, Repercusiones Penales de las Drogas Alucinógenas. Anuario de Psicología Jurídica 2011, 21: 15-25. Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/3150/315026314003.pdf
(2) García González Y., Torriente Valle M., Mederos Gómez A., Oduardo Lorenzo M. Plantas con efectos alucinógenos". Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana 2014, 11(1). Disponible en: http://www.medigraphic.com/pdfs/revhospsihab/hph-2014/hphs141zk.pdf
(3) Royo-Isacha J., Magrané M., Martí R., Gómez S. Alucinógenos: ¿drogas para soñar? Una intervención preventiva y asistencial desde el ámbito de la Atención Primaria. Aten Primaria 2004, 33(6): 331-334.
(4) Oteo Pérez A. Revista de estudios de juventud. La salud mental de las personas jóvenes en España Documento 9, Tendencias en el consumo de drogas en la juventud española y efectos sobre su salud. 2005 9 (84): 155-177. Disponible en:
http://82.194.72.211/wp-content/uploads/2014/02/Informe-sobre-la-salud-mental-de-las-personas-j%C3%B3venes-en-Espa%C3%B1a.pdf#page=156
(5) Penado Abilleira M. "Repercusiones penales de las drogas alucinógenas". Anuario de Psicología Jurídica, 2011, 21: 15-25. Disponible en:
https://www.researchgate.net/profile/Maria_Abilleira/publication/271310921_Repercusiones_Penales_de_las_Drogas_Alucinogenas/links/56696e5e08ae1a797e37498e.pdf

2 comentarios:

  1. Interesante relato. Los físicos teóricos son los primeros que no descartan la existencia de varias dimensiones, solo que nosotros somos capaces únicamente de percibir 3 de ellas y no conocemos aún el modo de alcanzar otras. (Dejo un link al mítico vídeo de Carl Sagan por si no lo hubieras visto https://www.youtube.com/watch?v=P6MQBb51jas)
    Fuera de los datos sobre el uso de alucinogenos y sus efectos en la Salud Mental, de lo que poco puedo aportar, me gusta lo que plantea el relato interprentándolo de dos maneras:
    1. Aquel que no queda conforme con las explicaciones de la ciencia, que usa parte de las teorías probadas con ideas místicas para reforzar su propio conjunto de creencias. Chalmers usa la relatividad de Einstein, las dimesiones, con creencias sobre el origen del universo, del bien y del mal. Para "demostrar" lo que cree se expone a tóxicos, a bombardear su cerebro para estimular sus sentidos y crear de la nada todo aquello que le falta, las pruebas de su teoría. Las drogas no hicieron más que desorganziar más su mente, terminando de quitarle la capacidad de juicio para distinguir lo real de lo creado por su imaginación.

    2. A veces tachamos de locos a aquellos que pueden ver cosas de la realidad para las que no estamos preparados. La ciencia todavía tiene mucho que explicar y, cuando a veces lo hace, no estamos preparados para asimilar esos datos y desprestigiamos al que lo descubre. ¿Y si Chalmers hubiera encontrado realmente la manera de viajar a una cuarta dimensión? Nadie le hubiera creído.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como siempre, muchas gracias por tus aportaciones, le dan vida al blog :). No he visto el vídeo, ahora lo haré n.n
      La primera interpretación que das a mi parecer es la que más se ajusta al relato, porque es la menos "loca", por llamarlo de alguna forma. Chalmers hace lo que cualquiera de nosotros haríamos, que es buscar una explicación. Vale que no es la forma más adecuada, pero me parece que es una conducta lógica la de querer entender. En cambio la segunda es la que más me gusta, porque es la que casa con la existencia de varias dimensiones -existencia en la que, por otra parte creo aun a riesgo de que se me ponga de loca para arriba-.
      Como siempre, un gusto tus comentarios :D

      Eliminar

Las redes sociales se retroalimentan gracias a la interacción entre los usuarios, siempre desde el respeto y la tolerancia.
Gracias por animarte a comentar y con ello hacer crecer el blog :)

No te preocupes por si recibirás contestación a lo que escribas, ten por seguro que responderé.