jueves, 12 de noviembre de 2015

Patología del mes. Welcome to Zombieland!

¡Buenas noches a todos los que estáis leyendo este post!

He dejado la patología -y el blog en general, no nos engañemos-, aparcada; lo sé. Pero es que no encontraba una problemática de salud mental a la altura de este blog :P. Además, voy justita de tiempo para poder postear, tengo nuevos sesiones clínicas por hacer y máster por comenzar horizontes laborales abiertos y no doy abasto. Perdonad.

Así que pensando y pensando concluí que ha llegado el momento de que os muestre mi segunda enfermedad psiquiátrica preferida, sin discusión. ¿Para qué retrasarlo más?
Es mi adorado síndrome de Cotard.
La verdad es que me ha resultado muy difícil escribir el post por la falta de artículos que tratan el síndrome en sí, así que la calidad no será del todo correcta. Pero me han podido las ganas de enseñároslo.

Los que conozcáis esto sabréis que es algo increíble literalmente. Espectacular. Los que no tengáis ni idea o no hayáis oído nada del señor Cotard en la vida, no problem: se acabaron los dientes largos porque os lo voy a explicar.

1) ¿Qué es?
También es conocido como delirio nihilista, y consiste en que el paciente que lo sufre cree estar muerto. Sí, como lo leéis.
Además lo experimentan todo en este aspecto. Y cuando digo todo quiero decir exactamente eso: todo (1). Notan cómo se descomponen, huelen la putrefacción, al mirarse se ven el cuerpo corrompido... un espectáculo nada agradable, vaya. En algunos casos incluso notan los gusanos. En otros, sin embargo, creen que les faltan partes del cuerpo o se sienten vacíos: no tienen nada dentro, ni estómago, ni pulmones, ni corazón, ni intestinos; es lo que se conoce como delirio de negación (2). Son como un envoltorio.
Y pese a las evidencias lógicas de que están vivos (oyen, ven, hablan contigo...), no hay manera de sacarlos de su argumentación -cosa típica de los delirios, son irrebatibles aunque les pongas la evidencia delante de las narices-: "¿No ves que estás hablando y te estás moviendo?". "Ya, pero si yo estoy muerto, no lo entiendo".
Esto último es una contrariedad, claro: ¿cómo va a hablar o pensar un muerto? Los pacientes, estando en su sano juicio, saben que es imposible; pero aun así no lo aceptan cuando este síndrome aparece.
También es importante tener en cuenta la pregunta clave: ¿es una entidad nosológica propia como tal, o un síntoma de una patología mental? Ahí queda eso (3).

2) ¿Cuál es la causa?
No está clara, pero sí que se ha visto que está relacionado con la depresión y la hiponcondría, siendo como una especie de variante extrema ("y tan extrema", pensaréis). De igual forma no podemos descartar un posible origen orgánico, relativo al sistema nervioso central. Y no deja de ser curiosa esta asociación: a más edad, más probable es que se trate de algo orgánico. (4)
El síndrome debe su nombre a Jules Cotard, neurólogo francés del siglo XIX. El señor Cotard presentó el caso de una chica, Mademoiselle X, en 1880, en el que se describe toda esta sintomatología. La comunicación en concreto se llamaba "Sobre el delirio hipocondríaco en una forma grave de la melancolía ansiosa"(5). En esta referencia podréis leer mejor el caso.
Tampoco hay muchos datos epidemiológicos sobre esto, al igual que dudo que haya muchos Cotards puros -aun a riesgo de que suene mal, ¡qué pena! Me encantaría ver alguno en algún momento de mi vida-.

3) ¿Y los síntomas? (6)
Aparece sobre todo ansiedad, y posteriormente el resto de sintomatología que configuran el síndrome de Cotard: ideas de perjuicio, negación del cuerpo o de partes del mismo... Posteriormente esta negación va a más: no existe el alma, no existe Dios... No hay nada "trascendental".
Y si bien el síndrome de Cotard es interesantísimo per se, más apasionante todavía lo hace otra paradoja mayor: presentan además delirio de enormidad o inmortalidad. ¿Por qué? Porque si bien están muertos, se sienten a sí mismos, notan los cambios que sufre su cuerpo al morir, y además: "si ya estoy muerto, no me puedo morir".
Están muertos, pero sienten, huelen, oyen, ven, se relacionan... igual que los vivos.
Pueden aparecer otros síntomas asociados, claro. Como por ejemplo, delirios catastrofistas -¡más todavía, sí!-, agitación, mutismo, oposicionismo... (4)

4) ¿Qué tratamiento tiene? (3)
Teniendo en cuenta el último párrafo de la pregunta 1, podemos pensar que si es secundario a un problema de salud mental, el síndrome de Cotard se mejorará tratando dicho problema. Por ello, si se debe a un trastorno del espectro psicótico, mejorará con neurolépticos. Si la causa es una depresión, con antidepresivos, y así sucesivamente. Y por supuesto, si se tratara de un efecto colateral de una enfermedad orgánica se atacará dicha enfermedad. Pero ¡ojo cuidado!, si es demencia no tiene tan buen pronóstico (obvio por otra parte).
También es de cajón ser cuidadosos con el resto de "añadidos" del síndrome: vigilar el riesgo autolítico, las alucinaciones, el ánimo del paciente, sus relaciones e interacciones, su sueño, su alimentación...
En cuanto a su curación, puede ser repentina -aunque el caso sea gravísimo-, o paulatina.


Permitidme ser un poco coloquial, la ocasión lo merece: este síndrome es muy hardcore. Muy muy hardcore. Un "¿pero esto qué es?" en toda regla. Me fascina, me encanta, es una patología que se adapta a mis preferencias -gustos raros, ya sabéis-.

¿Qué os parece a vosotros? Yo no he visto ninguno, lo he dicho antes, y me encantaría tener la oportunidad, de verdad.
Y como sabéis que soy una melómana empedernida dejo hilo musical en esta entrada, una versión en este caso.



Espero no haberos aburrido mucho con el post.
¡Escribiré de nuevo pronto! ¡Besitos mentaleros!

Nurse Lecter

Bibliografía consultada:
(1) Jiménez Arias, C. Los pacientes con síndrome de Cotard: los retos en su abordaje tanatológico. [Tesis Doctoral]. Asociación Mexicana de Tanatología, A.C., 2014. Disponible en:
http://www.tanatologia-amtac.com/descargas/tesinas/241%20pacientes.pdf

(2) Los delirios de negación según Cotard y Séglas. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2009. 29, (103): 105-108. Disponible en:
http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v29n1/v29n1a07.pdf

(3) Castrillón Muñoz, E., Gutiérre Alate, B.: Síndrome de Cotard: presentación de un caso. Rev. Colomb. Psiquiat., 2009. 38 (1): 194-202. Disponible en:
http://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v38n1/v38n1a14.pdf

(4) Abellán Miralles, I.,González Caballero, G., Piñol Ferrer, B., Morales Espinosa, C., Ferrer Navajas, M., Saénz Sanjuán, M.J.: Síndrome de Cotard asociado a demencia degenerativa. Presentación de tres casos. Alzheimer. Real Invest Demen 2014. 56: 30-36. Disponible en:
http://www.revistaalzheimer.com/PDF/0282.pdf

(5) Cotard, J.:Del delirio hipocondríaco en una forma grave de la melancolía ansiosa. 1880. Disponible en
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/affectiosocietatis/article/view/12042/10920

(6) Simón Lorda, D.: Un nuevo encuentro con Madame Cero (Una revisión del síndrome de Cotard a propósito de un caso). Rev. Asoc Esp. Neuropsiq. 1993. 13 (44): 62-65. Disponible en:
http://ww.revistaaen.es/index.php/aen/article/view/15320/15181

2 comentarios:

  1. Había oído hablar de él, pero nunca está de más leer un poco y refrescar conocimientos. Es, desde luego, uno de esos casos clínicos interesantes a más no poder (ya ves, no eres la única rarita).

    ¡Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una patología por la que yo tengo debilidad. Me parece impresionante, veo incluso más "coherente" la esquizofrenia. Pero esto... buf, no tengo palabras más que de fascinación.
      A ver si durante tu resi ves alguno y me cuentas. Raritas al poder xD.
      ¡Besotes!

      Eliminar

Las redes sociales se retroalimentan gracias a la interacción entre los usuarios, siempre desde el respeto y la tolerancia.
Gracias por animarte a comentar y con ello hacer crecer el blog :)

No te preocupes por si recibirás contestación a lo que escribas, ten por seguro que responderé.